Si ha
de triunfar el fuego sobre la forma fría
Si ha de
triunfar el fuego sobre la forma fría,
descifraré a María, hija del fuego;
la elegancia del fuego, el ánimo del fuego,
el esplendor, el éxtasis del fuego.
Fuego que
cierta noche fue fauna y flora frágil
entre mis brazos. Fuego corporal y divino.
Animal fabuloso. Sagrado. Desangrado.
Novia. Animal
gustado noche a noche, y dormido
dentro de mi animal, también dormido,
hasta verla caer como una estrella.
Como una
estrella nueve meses fijos
parada, estremecida, muelle, blanca.
Atada al aire por un hilo.
Por un hilo
estelar de fuego arrebatado
a los dioses, a tres mil metros fríos
sobre la línea muerta del Pacífico.
Allí
la cordillera estaba viva,
y María era allí la cordillera
de los Andes, y el aire era María.
Y el sol
era María, y el placer,
la teoría del conocimiento,
y los volcanes de la poesía.
Mujer de
fuego. Visible mujer.
Siempre serás aquel paraje eterno.
La cordillera y el mar, por nacer.
La catástrofe viva del silencio.
De "La
vuelta al mundo"
En Antología
de aire (Santiago, Fondo de Cultura Económica, 1991)
Versiones:
<< La
vuelta al mundo, de La miseria del hombre, 1948.
<< Rapto con
precipicio, de Oscuro, 1977.
<< Rapto
con precipicio, de Del relámpago, 1981.
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